jueves, 27 de mayo de 2010

Una relación con problemas: Moral y Evangelio

(Texto para la cuña Luz Amable en el programa "Espejo de la Iglesia en Cuenca" de la cadena COPE)
En la evangelización está en juego la cuestión de la moral misma. Esto ya lo hacía notar el papa Juan Pablo II en la encíclica “Veritatis Splendor”. Se ve con claridad en el hecho de que la cuestión moral no resulta indiferente a la hora de proclamar el evangelio. No siempre resulta fácil hablar de sus exigencias, y no son poco frecuentes los silencios a la hora de hablar de temas fundamentales, donde el evangelio tiene una respuesta rotonda, como es la vida sexual o conyugal, o la defensa de la vida. La tentación de presentar el evangelio pasando de puntillas por los temas “espinosos” es una constante.
Pero a la vez vemos en la sociedad una tendencia a marcar con fuerza asuntos de justicia social, de concienciación ciudadana, de voluntariado… situaciones todas que aparecen en principio como un lugar idóneo para presentar en la sociedad de hoy la plena actualidad del evangelio, en donde tiene algo que decir sobre los planteamientos éticos de una sociedad que se quiere renovar.
Está claro que la moral no resulta algo ajeno a la actividad evangelizadora, pero no damos siempre una respuesta única en este reto, y no estamos exentos de servirnos de la moral de forma oportunista, en función de lo cómodo que resulte el presentarla. Por eso Juan Pablo II nos invitaba a toda la Iglesia a redescubrir el vínculo entre vida moral y evangelio. En una sociedad donde la crisis de valores es una constante creciente, nuestra aportación ha de ser la de vivir al estilo del crucificado y del resucitado, siendo testigos con el modo propio de vida, en donde queremos traslucir no un código de conducta, sino un modo de responder a los retos de la vida.
Era esta la preocupación del querido pontífice, que quería que los que componemos la Iglesia superáramos esa crisis entre evangelio y vida, perdiendo el miedo a hacer de la vida moral misma, con todas las exigencias que se derivan de ella, el estandarte de la nueva evangelización. Tanto en los responsables de la predicación, para que se dejaran seducir por el atractivo del seguimiento estrecho de Cristo que supone el ideal de una vida conforme a la de Jesús, esto es, moral; como a todos los fieles en su vida cotidiana, haciendo de la virtud en todas las facetas de la vida el instrumento más eficaz de evangelización y de transformación de las realidades temporales.

1 comentario:

El Marqués del Villar dijo...

¿Cómo es esto? ¿Una aparición en la radio? Espero que me cuentes a qué hora, para poder escucharte.